No fue una joda de VideoMatch

El Badajoz modelo 1998 estuvo plagado de futbolistas argentinos.

Durante unos breves momentos Marcelo Tinelli creyó que se encaminaba a transformarse en el hombre mas poderoso de la Argentina. El 3 de diciembre de 2015, el (hoy no tan) popular conductor televisivo contenía la respiración mientras se realizaba el escrutinio de una elección histórica por la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Alfredo Dagna, presidente de Olimpo de Bahía Blanca, era uno de los encargados de contar los votos y en su rostro se veían signos de una evidente preocupación. El Cabezón de Bolívar no podía contener la ansiedad. El bahiense apoyaba a su rival, Luis Segura, en ese entonces mandamás de Argentinos Juniors y presidente interino de la entidad que rige al balompié local. El gesto de Dagna solo podía significar que el conductor estaba cerca de lograr la victoria que tanto había soñado y por la que tanto había hecho lobby. Pero no. Nada mas lejos de la realidad.

En el predio que la AFA posee en Ezeiza había 75 asambleístas dispuestos a sufragar. Matemáticamente era imposible que la cuenta diera empate. Pero el fútbol argentino no conoce el significado de la palabra imposible. Cuando el presidente de Olimpo comunicó por micrófono que la elección había terminado 38 a 38 nadie lo podía creer. Ni los presentes, ni los miles de personas que siguieron el proceso en vivo y en directo. Inmediatamente se propuso volver a realizar la votación, pero dos asambleístas ya no estaban. Además, otro elector denunció aprietes para que cambie su voto. Como última instancia se propuso sufragar a mano alzada, pero no hubo apoyo para la moción. Era un bochorno internacional que había comenzado a gestarse 15 meses antes, cuando Julio Humberto Grondona cometió la imprudencia de morirse y dejó a la AFA sin su cacique.

En un mundo donde todos se creen mas porongas que el resto, había fallecido el que verdaderamente la tenía mas grande y ahora nadie sabía bien para que lado rumbear. Los meses que siguieron a la muerte de Don Julio fueron de mucha incertidumbre. Acostumbrados a levantar la mano sin siquiera titubear, de buenas a primeras el trono del rey estaba vacante y varios dirigentes creían tener derecho a sucederlo. Envalentonado por la Copa Libertadores que obtuvo San Lorenzo de Almagro en 2014, Tinelli, que en ese entonces era vicepresidente de la institución de Boedo, se lanzó de lleno en la campaña para quedarse con el sillón mas importante de AFA y no dudo en utilizar sus programa de TV como plataforma política. Aunque en un principio su candidatura parecían inviable -debía tener, como mínimo, cuatro años como dirigente para postularse y solo tenía tres y medio-, a fuerza de dinero, y apoyado por un grupo de abogados que incluía a un ex-juez de la Corte Suprema de Justicia, el Cabezón logró la reinterpretación del estatuto gracias a un punto y coma y eso le abrió la puerta para competir.

Además, y no es para menos, contaba con el guiño de los tres candidatos a presidente de la nación mas importantes: el intendente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires Daniel Scioli, y Sergio Massa, quien en 2013 había derrotado al gobierno kirchnerista en las elecciones legislativas. Ahora bien, el mundo del fútbol desconfiaba de Tinelli. Como bien cuenta Federico Yañez en su artículo del 2020 para el portal Letra P, su candidatura provocó una división importante, sobre todo en el bloque de los cinco grandes. Mientras que el presidente de River Plate, Rodolfo D’onofrio, se mostró favorable al conductor televisivo, Hugo Moyano de Independiente, Victor Blanco de Racing Club y Daniel Angelici de Boca Juniors se decantaron por Luis Segura.

En el caso de Angelici -hábil operador judicial, hombre fuerte de la Unión Cívica Radical porteña y empresario del rubro de los juegos de azar-, este debía su lugar de privilegio en Boca al apoyo explícito de Mauricio Macri, quien antes había sabido utilizar su exitosa gestión en el Xeneize para instalarse a la arena política. Cuando Tinelli invitó a Daniel Scioli a su programa para hacer el cierre de campaña previo a las elecciones primarias de 2015, Macri recogió el guante y mandó a su alfil a hacer campaña por Luis Segura.

Aunque Tinelli siguió luchando con uñas y dientes para posicionarse como el hombre fuerte de AFA -e incluso llegó a denunciar compra de votos durante la malograda elección-, con el tiempo perdió terreno y fue quedando relegado. La entronización de Claudio Tapia -yerno Hugo Moyano- en 2017, su no gestión como presidente de la efímera Superliga Profesional y el tumultuoso ciclo como presidente de San Lorenzo terminaron por expulsarlo de un mundo con el que coqueteó desde muy joven y con el cual, según el periodista Beto Casella, planeaba utilizar como trampolín hacia el objetivo último: la Casa Rosada.

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Para encontrar el comienzo de esta ambiciosa historia que terminó en fracaso hay que retrotraerse a mediados de la década de los noventa. En ese entonces VideoMatch ya era el programa número uno de la televisión nacional y por el pasaban celebridades locales, el presidente de la nación, Carlos Saúl Menem, y muchas estrellas internacionales. Un largo camino había recorrido el oriundo de Bolívar quien, tras una frustrada experiencia como futbolista en las inferiores de San Telmo y Defensores de Belgrano -donde llegó a enfrentar a los Cebollitas de Diego Maradona en 1974-, construyó una larga y exitosa carrera en los medios de comunicación. Primero como cadete y cronista deportivo en La Oral Deportiva, luego como columnista en Badía y Compañía y, a partir de 1990, como conductor del ya mencionado VideoMatch, un programa de TELEFE que comenzó como un envió deportivo diario de medianoche y que gradualmente fue virando en un show de humor.

La historia de su desembarco al viejo Canal 11 es ampliamente conocida. Tinelli no era la primera opción para conducir -el trabajo había sido ofrecido primero al periodista Gustavo Lutteral- y durante sus primeras emisiones el show tuvo ratings bajísimos, llegando a medir 0 puntos en una oportunidad. Por este motivo, el productor Gustavo Yankilevich le ofreció total libertad creativa y el Cabezón tuvo la brillante idea de darle prioridad a los bloopers, videos deportivos en donde sucedían caídas o situaciones graciosas. Lo que comenzó como una sección pronto fue ganando cada vez mas fanáticos y se volvió el leitmotiv del programa. Para 1991, el éxito era tal que el canal decidió arriesgarse por Tinelli y su tropa para ocupar la popular franja de los domingos a la noche.

Ritmo de la Noche fue otro suceso que no solo apostaba al humor sino también a los show musicales y el baile. Recitales de alto calibre con artistas nacionales e internacionales de la talla de Poison, Kiss, Erasure, Luis Miguel, Sandro, Soda Stereo y Fito Páez. Partidos de fútbol 5 en vivo con Diego Maradona desparramando su magia. La histórica pelea de boxeo entre la estrella de Hollywood, Mickey Rourke, y Henry De Ridder (midió 49 puntos de rating, casi 10 mas que la final de Qatar 2022 entre Argentina y Francia). Para 1995, Marcelo Tinelli ya había sido coronado como el conductor mas importante de la televisión nacional y todas las puertas se le abrían de par en par.

Su pasión futbolera y su fanatismo por San Lorenzo de Almagro en particular eran algo conocido por todos. Si la fama le permitió a Tinelli entrar en los círculos de poder, el fútbol le sirvió para aceitar esas nuevas relaciones. Durante la primera mitad de los noventa era habitual verlo jugar en la Quinta de Olivos junto a sus compañeros de programa frente al presidente Menem y su equipo compuesto por un mix entre funcionarios y empleados de la residencia presidencial. Además, gracias a San Lorenzo trabó amistad con James Cheek, el embajador norteamericano en la Argentina entre 1993 y 1996, que se hizo popular por hacerse hincha del club de Boedo. Y fue precisamente por el Cuervo que Marcelo comenzó a incursionar mas activamente en el mundo del balompié, aunque al principio lo hizo desde las sombras.

En 1995 San Lorenzo cortó una racha de 21 años sin títulos. En un mano a mano para el infarto con Gimnasia y Esgrima La Plata, el conjunto dirigido por Hector Veira consiguió el campeonato en la última jornada tras derrotar como visitante 1 – 0 a Rosario Central, aprovechando que su rival en la pelea -que era campeón si ganaba y hasta le alcanzaba un empate si los de Veira no conseguían los tres puntos-, falló a la hora de la verdad y perdió como local 1 – 0 frente a Independiente de Avellaneda. El delirio se apoderó de los 22.000 hinchas cuervos que recorrieron los 300 kilómetros que separan Capital Federal de la ciudad Rosario. Tinelli estuvo en el Gigante de Arroyito ese día y fue uno de los primeros en invadir el campo de juego para festejar con los jugadores.

Tras conquistar San Lorenzo el campeonato en 1995, Tinelli fue caminando hasta Lujan para cumplir una promesa. Lo acompañaron 15.000 hinchas.

Aunque siempre fue un secreto a voces que el conductor había puesto dinero de su bolsillo para incentivar a los circunstanciales rivales de Gimnasia en las últimas jornadas del Torneo Clausura 1995, recién en 2021 se conocieron mas detalles de la boca de uno de los protagonistas de esta historia. Sergio Dopazo, quien en ese momento jugaba de lateral izquierdo en el Lobo lo confirmó en una entrevista para el programa radial Cielosports: «¿Sabés la plata que se llevó Independiente por ganarnos a nosotros el último partido? Ese año en el Rojo estaba Walter Parodi, que después fue compañero mío en Deportivo Español… Si yo les dijera la plata que puso Tinelli ese día a Independiente para que nos ganaran«. Ahora bien, si esta primera incursión de Tinelli se debió pura y exclusivamente a cuestiones sentimentales, su siguiente movimiento fue motivado por fines económicos.

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En enero de 1997, después de ocho años como titular inamovible en el arco de Boca Juniors, Carlos Fernando Navarro Montoya dijo adiós al fútbol argentino para seguir su carrera en Europa. El Mono -que había jugado 400 partidos oficiales para el conjunto Xeneize– ya había estado cerca de dar el salto en 1993, cuando el Barcelona de Johan Cruyff intentó llevárselo, pero, en ese entonces, el presidente de Boca, Antonio Alegre, lo declaró intransferible. En esta ocasión sin embargo, su nuevo destino no era tan glamoroso. Acostumbrado a jugar en las categorías de ascenso, el Extremadura se encontró en 1996 con un ascenso histórico a la primera división de España pero, ya en la elite del fútbol ibérico, las cosas no resultaron fáciles para el pequeño cuadro de la ciudad de Almendralejo y terminaron la primera etapa de la temporada 1996/97 en el último lugar. Por este motivo decidieron reforzar la plantilla con Navarro Montoya, José Basualdo y Walter Silvani.

Debido a que se trataba del arquero de Boca (y uno de los mejores de Sudamérica), la llegada del Mono a Extremadura despertó gran interés de la prensa, tanto en Argentina como en España. Por este motivo los productores de VideoMatch, aprovechando las mieles del ilusorio uno a uno que todavía se mantenía en pie, decidieron enviar a Diego Korol a cubrir el debut del golero en su nuevo equipo. Para una comunidad tan pequeña como Almendralejo, la presencia del programa mas exitoso de la televisión argentina fue todo un suceso en si mismo. El desfachatado estilo de Korol, que se hizo conocido como el cronista puteador, contrataba con gradas llenas de señoras mayores que cantaban «El árbitro es una niña, ale ale«. En un programa que promediaba los 30 puntos de rating, la gente deliraba cada vez que en la pantalla aparecían los informes sobre este humilde equipo. Casi sin quererlo, Tinelli había descubierto un filón de oro. Y estaba mas que dispuesto a explotarlo.

Aunque el Extremadura descendió en esa misma temporada – el equipo hizo una buena campaña en la segunda mitad del torneo y quedó a tan solo un punto de jugar la Promoción-, los cronistas de VideoMatch siguieron dando vueltas por la región. Fundado en 1905, el Club Deportivo Badajoz militó durante la mayor parte de su vida en las categorías mas bajas del fútbol español y recién en a principios de los noventa pudo establecerse en la Segunda División. Fue durante esa época, mas precisamente en 1994, que esta institución se transformó en una sociedad anónima, una modalidad de negociosos que ya estaba plenamente establecida en el fútbol europeo . Atento al suceso que había despertado en la audiencia argentina las andanzas de un pequeño club extremeño, el presidente de la Liga Profesional De Fútbol, Javier Tebas, le ofreció a Tinelli comprar el paquete accionario del Badajoz a cambio de US$ 500,000.

La compra se oficializó a mediados de 1998, después de que el club blanquinegro firmara su mejor temporada en la categoría de plata del balompié ibérico: un quinto puesto. Según consigna Carlos Aira en Radio Gráfica, aunque el conductor figuraba como cabeza del grupo EsfingeXX, el por entonces presidente de Boca Juniors, Mauricio Macri, también formaba parte del consocio que se quedó con las acciones del club español. Por este motivo se llegó a especular brevemente que Diego Armando Maradona podría ser parte de la plantilla del equipo para la temporada 1998/99. Aunque el Pelusa se había retirado en 1997, su ficha todavía seguía perteneciendo a Boca y por ende muchos se ilusionaron con la posibilidad de verlo jugar aunque sea un partido oficial en El Vivero, el estadio del Badajoz. Incluso el astro fantaseó públicamente con esa posibilidad. Finalmente eso no sucedió, así como tampoco llegaron Claudio Paul Caniggia y Jorge Burruchaga, otros dos nombres con los que especulaba la prensa por ese entonces.

Aunque sin tantos pergaminos como los antes mencionados, hubo varios futbolistas argentinos que si ficharon con el club en ese tiempo. Alejandro Mancuso, David Carlos Nazareno Bisconti, Martín Romagnoli, Oscar Limia, Fernando y Patricio D´Amico, Mauricio López, Gustavo Giustozzi, Ezequiel Castillo y Adrián Giampietri, Lucas Gatti, Héctor Bracamonte, Fernando Ortiz, Adrián Guillermo y Pedro González fueron parte del Badajoz durante los dos años que duró esta experiencia. Aparte de los jugadores y el entrenador -el elegido fue José Raúl Toti Iglesias-, con Tinelli llegaron los patrocinadores. Mientras que Topper pasó a ser la marca que vistió al conjunto, la camiseta blanquinegra lucía a la empresa láctea italiana Parmalat como main sponsor.

Cuando pisó Badajoz por primera vez, el conductor televisivo prometió que, bajo su mandato, el equipo lucharía por el ascenso a la máxima categoría y el público respondió en la misma medida, registrándose el récord histórico de abonados (5.600). La expectativa de la comunidad estaba puesta en repetir la hazaña del Extremadura, pero pronto quedó claro que eso no sucedería. Después de haber estado cerca de las posiciones de ascenso en la temporada anterior, el equipo cayó hasta la mitad de tabla al año siguiente. Parte del problema era que el manager y muchos de los futbolistas argentinos no estaban familiarizados con la categoría. El hecho de que todos hayan sido representados por Hugo Issa, socio y amigo de Tinelli, fue solo una mera coincidencia.

La segunda y última temporada de Marcelo Tinelli como dueño también fue un fracaso. El equipo quedó en decimosexto lugar, con 9 victorias, 9 derrotas y 24 empates. La ambición de ascender a primera no solo era por una cuestión deportiva, sino que el consorcio argentino planeaba recuperar el dinero invertido con los jugosos derechos de televisión que conseguirían en la máxima categoría. Dado que esto no sucedió, a mediados del año 2000 el Cabezón comenzó el proceso para desprenderse del paquete accionario del equipo, que terminó en manos de un grupo portugués. Para muchos, la cuestionable gestión del argentino al frente del club fue el inicio la debacle que llevó a la escuadra hasta la cuarta división en 2006 y su posterior desaparición en 2012 (luego sería refundado por los hinchas). Al menos a Marce le quedó el consuelo de que, a finales de los noventa, el Badajoz fue el club extranjero que mas camisetas vendió en el mercado argentino.

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